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YOGA EN FAMILIA

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• OCTUBRE, 2018

• ZENTRO (mapa)

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En un mundo donde los padres/madres y los niños y niñas están tan ocupados, el yoga familiar proporciona un lugar maravilloso para pasar un tiempo saludable y feliz, un tiempo de calidad juntos.

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Es un momento para disfrutar, para conocerse y conocer, de liberar aquello que ha estado dentro todo el día, de hablar, de escuchar, de aprender por el placer de aprender. De parar y escuchar este ser que está en desarrollo y que tiene mucho por decir.

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¿Cómo beneficia a los niños y niñas el Yoga?

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Los beneficios son múltiples:

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• Mejora la fuerza y la flexibilidad

• Aumenta la fuerza emocional

• Alimenta la creatividad

• Ayuda a equilibrar el cuerpo y la mente

• Enseña autoaceptación y amor hacia uno mismo y hacia los demás

• Fortalece la coordinación, el equilibrio y la concentración

• Desarrolla la autodisciplina y el autocontrol

• Aumenta nuestra conciencia de la respiración

• Es no- competitivo

• Expande la conciencia de la naturaleza, de los animales y del entorno

• Ayuda a construir su fuerza interior y fomenta la cooperación y el trabajo en equipo

• Enseña a relajarse y a reducir el estrés

• Fomenta la compasión, la generosidad y el respeto

• Enseña a encontrar la paz interior

 

Y, sobre todo, hacemos el yoga divertido, bailamos, actuamos, cantamos, reímos, enfocándolo de una manera lúdica para que los niños y niñas conecten todos sus sentidos y emociones a través de la risa y el juego.

 

Según Cayetana Rodenas, profesora de Yoga y profesora senior de Rainbow Kids Yoga:

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“A través de la práctica del yoga juntos, ayudamos a recuperar ese tiempo de calidad en el que pueden disfrutar juntos padres e hijos y olvidarse por unos minutos de la realidad cotidiana para pasar un tiempo en convivencia, aprendiendo, jugando, mimándose y conociéndose más. Indudablemente, afianzamos la relación padre/hijo afianzando así la autoestima de los pequeños. Y simplemente con hacer unos minutos al día de yoga juntos podemos obtener unos beneficios inconmensurables que van a determinar un tipo de relación mucho más sana, consciente y plena entre padres e hijos.

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Pretendemos recuperar esa capacidad lúdica que tenemos cada uno de nosotros, porque a través de conectar con el juego vamos también conectando con otras partes de nuestra personalidad, traspasando límites, barreras, prejuicios, sentido del ridículo, etc. Cuando recuperamos esa capacidad de juego, automáticamente nuestra personalidad se abre, se hace más receptiva, expansiva y comprensiva y aprendemos a comunicarnos de diferente manera con las personas que nos rodean y son parte de ese “juego” también.

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Los niños son más felices, se interesan mucho más por el entorno y por ellos mismos y les genera un estado de “no competividad” muy sano al no sentirse inferiores o superiores por ganar o perder, porque en nuestro juego todos somos ganadores desde el comienzo hasta el final.”

 

Basándonos en Gopala Amir-Yaffe, maestro y formador desde hace más de 22 años en Yoga en Familia:

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“El yoga de la familia es muy especial, es una rara oportunidad para los padres y los niños para observar y aprender unos de otros y una gran manera de salvar la gran diferencia de edad entre ellos.

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Mientras jugamos yoga juntos como una familia, intercambiamos mucho los papeles. Por ejemplo, al hacer la Pose del Perro, los padres, que suelen ser los líderes, llegar a ser llevados a un paseo de perro por sus hijos. Los niños, que son generalmente los receptores, llegan a dar a sus padres cuando los masajean en la relajación.

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• Los padres pueden ver cómo aprenden sus hijos y cómo interactúan con otros niños y adultos. Y los niños llegan a ver a sus padres como aprendices, algo que no sucede muy a menudo, dando un gran ejemplo para sus hijos.

• Hasta una cierta edad los niños piensan que sus padres son sobrehumanos; que nunca se cansan, que nunca se les acaba el tiempo o el dinero, y que no hay nada que no puedan hacer. Es bueno para los niños darse cuenta de que sus padres no son perfectos.

• Hay muchas poses que los niños pueden hacer y los padres no pueden, y algunas actividades que los niños pueden hacer mejor que los padres. Esto humaniza al padre y alivia la presión que las expectativas de sus hijos pueden crear.”

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Plazas limitadas, recomendable inscripción previa.

 

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